lunes, 13 de agosto de 2007

¿QUIERES COMPRAR ALGO? INCREMENTO DEL COMERCIO AMBULANTE GRACIAS AL TRANSANTIAGO.

Silvia Nuñez tiene cincuenta años, se dedica al comercio ambulante en la Comuna de Puente Alto hace más de de trece años. Su relación con Transantiago es difícil, porque antes de que se implementara el plan de transportes ella vendía en las intersecciones de Avenida Gabriela Poniente con Vicuña Mackena en el paradero 31, cercano a la estación de metro Sótero del Río. Allí, de acuerdo a sus palabras, “la venta era buena” porque no existía otro puesto de venta ambulante que le hiciera competencia.

Desde el diez de Febrero su vida cambió. Diferentes personas vieron en el colapso de servicios del Transantiago una salida viable a sus problemas económicos instalándose con puestos de comercio ambulante en las afueras de algunas estaciones de la línea 4 del metro. Las más características: Elisa Correa, Sótero del Río y Protectora de la Infancia.

Ya no se comercializa en las afueras de las estaciones solo la sopaipilla o la empanda frita, sino que han brotado puestos dedicados a la repostería con la venta de kuchen de manzana, panqueques rellenos de manjar, berlines rellenos de mermelada, manjar o pastelera y calzones rotos con azúcar flor; puestos de comida chatarra o rápida con completos, ases, italianos, churrascos, chaparritas, anticuchos y hasta los orientales arrollados primavera; puestos de pasteles típicos de La Lígua y Curacaví; puestos con venta de paltas y quesos en sus diferentes variedades; puestos tipo amasandería con venta de pan amasado con o sin chicharrones, integral, hallullas y marraquetas; puestos de venta de ropa (en su mayoría usada) o accesorios con abrigos, chalecos (de solo mil pesos), poleras, polerones, pantalones, pantis, pantimedias, variedad de ropa interior femenina y masculina, zapatillas, zapatos y cinturones; puestos con venta de música y dvd; puestos de venta tipo kioscos con comercialización de alfajores, papas fritas, ramitas, cigarros, bebidas, etc.

Silvia asegura que el alcalde de la comuna, el señor Manuel Ossandon dispuso que, en la salida del metro Sótero del Río, “se instalaran puestos legales de comercio”, dando privilegio a los vendedores ambulantes de la estación Elisa Correa.
Silvia comenta que “nunca se le acercó alguien” para ofrecerle un puesto legal. A pesar de que, según ella, el mismo alcalde estuvo en su hogar, conoció su situación de trabajadora de trece años, conoció la invalides y ceguera de su marido y que por último vio cómo ella se encontraba enferma al poseer visibles deformaciones en su espalda y rodilla.
Solo logró conseguir un puesto a más de cincuenta metros de la entrada del metro Sótero del Río. Esto le generó poseer escasas posibilidades de venta, dada la gran competencia de más de veinte puestos de comercio ambulante.

Su ingreso mensual “ya no es el mismo” comparado con el que poseía antes de Transantiago, que era de “doscientas cincuenta lucas más o menos”, al que posee ahora “ciento ochenta lucas”.

En la actualidad depende de sus hijos, de ellos se destaca el menor, quien dejó de asistir al colegio para ayudarla en la venta y en la movilización de sus productos con el “carro de supermercado y la yegua”.

Trabaja de lunes a domingo. A las 5:00 hrs. de la mañana se levanta a ayudar a su esposo, cocina para sus hijos y limpia el hogar. Más tarde se dirige a la compra diaria de sus productos. Y a las 18:00 hrs. se dirige a su trabajo, para terminar su jornada a las 23:30 hrs.

martes, 7 de agosto de 2007